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Florcitas azules.




Al atardecer, una nochecita Catalina tenía puesto un camisón de algodón fino,cuellito pequeño con tres botones blancos,diseñado de florcitas azules .Era el momento más difícil de su enfermedad.Sola, recostada,acurrucada en sí misma.Con la piel herida bajo las sábanas.Siendo de noche,sintió hambre.Dolor en el estómago cuando urge el alimento.

Ni bien se levantó tuvo escalofríos,el departamento estaba sin la calefacción prendida,en el placard encontró el sweter que Lidia,su ex suegra le había habia tejido el invierno anterior.
Lo acarició para sentir la suavidad en su lanilla beige,poniéndoselo directamente sobre el camisón de textura mixta.....El sweater era de caída larga y ancho,bien abrigado con dos trenzas en la parte delantera más el cuello volcado....No le quedaba tan mal.Tampoco importaba en estar elegante.Ni siquiera pensar en ello.

Calzó unas chatitas negras y fue otra vez al supermercado como cada vez que Catalina tenía necesidad de alimentarse.Su hijo Juan Patricio se encontraba el fin de semana con su papá ,abuelos y primos en el country de Pilar y Juana-la señora de la limpieza- recién se reincorporaba los días lunes al domicilio de Recoleta frente a la Biblioteca Nacional
.
Catalina no se dió cuenta una vez en la calle-unas dos cuadras-que las azulinas florcitas parecían bailar con las primeras estrellas de la noche.Aún debajo del pulóver era una prenda definitiva de cama.
Ni siquiera lo notó,hasta que volvió a su casa con la compra de un par de galletitas de agua,mermelada, alfajores de dulce de leche, dos jogures de vidrio,más un paquete de arroz integral .


Su hogar,único refugio ,un mundo seguro donde transcurría una depresión,producto de un gran esfuerzo,agotamiento,provocado por un estre´s diario. Sólo necesitaba tiempo para su recuperación definitiva.No se dió cuenta de que ese algodón era una prenda de cama.No.Hasta que volvió a su guarida.

Florcitas azules como las primeras luciérnagas del firmamento.


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