En un barrio donde crecen flores campanillas de un azulado
increíble,en las acequias manchas de escarcha en invierno y muchas
mariposas,pasé mi infancia.Noches de luna,todas las estrellas juntas de un brillante
fulgor.
Se olía un increíble aroma a salsa de tomate y las pastas eran amasadas por mi
abuela con sus dúctiles manos y un viejo compañero palo de amasar. Ella solía
decirme que le encantaban las pecas de mi nariz y que tuviera todo el cuidado de no olvidarlas en el camino
cuando sea grande
La producción del vino se realizaba entre todos los tíos y primos en el campo familiar todos lo años en el mes de abril.A orillas de los grillos y el cantar más tarde de ruiseñores . En el campo crecían los frutales y verduras varias pero las berenjenas se llevaban el primer puesto.
Debajo de un añejo olivar crecían carnosas ,las de piel oscura ,otras blancas, brillantes con su envés bien grisáceo .
Cuando los domingos ociosos parecían eternos y un año duraba mucho tiempo,en la cocina mi mamá les dedicaba su tiempo a las encantadoras berenjenas.
Solía sacarles la cáscara,hervirlas en vinagre,dejarlas en un colador, secarlas hasta retirar el último de los jugos.Luego en recipientes de vidrio bien esterilizados se las ubicaba en lonjas.Conservaban la pulpa consistente entre unos cuantos trocitos de ajo desparramados con condimentos en otra generosa capa de aceite de oliva extra virgen.
El secreto era no sólo esa herencia innata en temas culinarios,sino también la calidad de los alimentos como su cocción en el horno de barro.
Una de mis comidas preferidas era entonces la tarta de diferentes clases de verduras y, desparramados sobre una masa de harina trigal las frescas hojas verdes -recién arrancadas de la tierra,junto a las berenjenas .Simple.Bien mediterránea.
Yo, después solía sentarme a leer historietas de toda índole debajo de una pérgola cerca de las hamacas con la infaltable compañía de “Lilo" .Lo lloraron hasta los vecinos cuando murió de viejo mi pobre y amado gato blanco .
En una de esas lecturas con total ávida curiosidad,había hojeado unos dichos interesantes ,por ejemplo,los aborígenes Arahuacos sabíamente llamaban al arco iris,"Serpiente de Collares"...,al cielo,Mar de arriba",....al rayo,"Resplendor de la lluvia",.....al amigo, "Mi otro corazón",....al alma,"Sol de pecho",....al perdón le decían "Olvido".
En un barrio de pájaros
carpinteros,huertas en las casas,casi lejos de computadoras,pasé atardeceres
jugando entre tertulias, a la rayuela ,a la mancha,a las escondidas,a "la
farorela tropezó".También entre los rompecabezas y los juegos de encastre
con mis hermanos mayores.Sin olvidarme de los cásicos partidos de fútbol que se
armaban con tanto entusiasmo entre ellos.
Siempre y junto a las cenas de
tarta con las famosas verduras,y berenjenas junto a” mi otro corazón”.
Maria Angelica Guadamud
ResponderBorrarEres grande como escritora y muy brillante. Seria muy lindo que haga ya su primer libro de Cuentos y relatos ..
Escritora Gloria Rafaela Pompa
Hola María Angélica,pronto saldrá mi nuevo libros de cuentos...Estoy en el proceso de corrección final de los mismos....Un abrazo desde Buenos AIRES.
Gilo Ubillus Bella
ResponderBorrarMarianna Sinisi Bella!!!
ResponderBorrarAlicia Vilas Linda!!!!
Maria Eva Carrara
ResponderBorrarMuy hermoso Gloria recordar la infancia te felicito!!!!!
Maria Angelica Guadamud Que gran relato que hermoso cuento tomado de la vida misma mas parecía un cuento Italiano,solo falto que el Arlequín saludara desde una nube y Lilo me hizo llorar.Amo tanto los Animalitos. Eres brillante colega amiga Gloria Rafaela Pompa.